martes, 21 de febrero de 2012


Hay dos clases de días: los días grandes y los que no lo son. Al despertar tu pregunta es ¿hoy será un día grande? Quizás no te lo preguntes literalmente pero lo hacemos sin darnos cuenta. Pensando si sucederá algo que queremos que suceda. Si crees en supersticiones miraras el cielo y si esta nublado estarás deprimida, si amanece despejado te irá bien, si hace niebla alguien se marchará sin que te des cuenta,  y si hace viento te dirán todo lo que no quieres oír. Yo no creo en supersticiones más que nada porque casi todas son negativas. Quizás el temor, quizás por el miedo a que algo falle. Pensamos que el día no puede ir peor que una pesadilla y que no puede ir tan bien como un sueño. También depende del día de la semana que sea nos deprimimos o nos alegramos, como si la camiseta que te querías poner no está limpia, también depende de lo que desayunes o depende de lo que diga la radio para despertarte.  También depende de la hora de despertarse, de la estación del año, de si algo te paso ayer. Pero, ¿sabéis qué? Pues que hay tantas cosas que considerar en el estado de ánimo que al final es mejor pasar de todo a perder media hora pensando en cómo despertarte, si tomarte el tema del día con tranquilidad o clasificarlo minuciosamente. 

1 comentario:

Ginebra dijo...

Me encantó :) Es absolutamente cierto lo que dices.
Un guiño enorme ;)