Los sueños se harán realidad cuando las personas aprendan a
volar por su cuenta. Los sueños están hechos de un material intangible, del
material del que están hechos los sentimientos y los pensamientos, un material
tan invisible y ligero como el aire. Tan pequeños como la materia. Pueden ser
tan inservibles como el polvo de los zapatos cuando andas por un camino de
arena, tan molesto como unos minutos perdidos y tan agobiantes como un fin de
semana estudiando. Tan imposibles como
la existencia de seres mágicos. Los sueños solo sirven para plasmarlos en un
papel y ganar dinero y fama a costa de ello. Los sueños pueden ser perfectos,
pueden ser tan sencillos como un paseo por la playa, pero nunca se harán realidad,
ni aunque sueñes con comprarte un chicle en el quiosco de debajo de tu casa
nunca sentirás lo mismo que sentiste en ese sueño, algún detalle será el fiasco
de poder hacerlo realidad, desde la camiseta del vendedor hasta que se
equivoque con la vuelta. Un sueño nunca se volverá a repetir mientras estés
despierto. Los sueños son como películas
que solo suceden cuando estás dormida.
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