jueves, 20 de octubre de 2011

Renaciste en un aullido a medianoche. Chapter 5 (parte 20)


-          Uuuf, dios mío, pero que calor hace ¿no? – comento para intentas disolver es silencio.
-           Mmm pues sí, dios mío, casi me quedo dormido y más cuando me empezaste  revolver el pelo. – dice mirándome travieso y no puedo evitar reírme.
-           Bueno, ¿qué? Te bañas o no – le pregunto mientras me levanto y una vez de pie me quito la camiseta y le tiendo la mano, él vacila mirándome de arriba abajo, pero ahora no me siento incomoda ante su mirada, entonces me hago la que está cansada de esperar y me toma la mano. Le ayudo a levantarse y nos vamos a bañarnos.
Llegamos a la orilla y nos metemos hasta que el agua me llega por debajo de los pechos, ahora me fijo en lo bajita que me siento a su lado, y eso que no soy demasiado bajita, tengo una estatura normal, ni muy alta ni muy baja. Una ola pasa por nuestro lado y lucho por no perder el equilibrio. El agua esta genial, pero no le presto ninguna atención. No aparta su pisada  de las boyas que están a unos metros de nosotros. Algo de él estaba nervioso y no podía evitar sentir que yo también lo estaba. Todo este tiempo había evitado pensar que entre nosotros no iba a haber nada más que un fin de semana, una amistad fugaz. Había estado perdiendo el tiempo, pero él no, él había construido en su mente un fin de semana perfecto. En ese momento me di cuenta de que estaba en mi mundo, otra vez perdiendo el tiempo, a veces pienso que no sirvo para esto, que soy demasiado planificadora y que si yo planifico algo nada se puede torcer o mi mente deja de estar tranquila. Debo dejar de hacer eso, de planificarlo todo, son pareceré inflexible y alguna vez meteré la pata, es mejor ser espontanea, si me equivoco se notará menos.
Ya eran casi la una cuando nos salimos del agua, sin darnos cuenta habíamos pasado más de una hora en el agua hablando de cualquier cosa, lo que saliera y además, me he dado cuenta de que ser espontaneo es lo mejor del mundo, parezco más yo y menos lo que quiero ser. John me ha contado cosas súper interesantes sobre él, me ha contado que quiere ser ejecutivo aunque de pequeño quería ser bombero, todos sus sueños y me he enterado de toda la vida de Mia, su ex, y me he dado cuenta de que en verdad era muy estúpida, más que nada porque me ha dicho que nunca han mantenido una conversación en la que ella le dejara hablar a él, por ese motivo rompió con ella más que nada.
Ya era la hora de comer cuando llegamos a casa y mi padre todavía no había llegado, solo había una notita escrita por él en la que decía que había ido a hacer la compra porque no quedaban pizzas para esta noche.
-          Bueno vístete y te llevo a comer a un restaurante que ahí aquí cerca, ponen un plato de arancini buenísimo, que es la comida típica de por aquí.
-          Suena bien, me visto y nos vamos. Ah, coge un papel y le dejas una nota a mi padre.- dije subiendo las escaleras.
Cuando llegué a mi habitación me sorprendió ver mi ropa favorita puesta pulcramente sobre la cama con una nota encima. “dile a John que te lleve a comer a alguna parte. Papá.” Sonreí mientras lo leía, mi padre tan practico como siempre.  

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