Llaman a
la puesta, me miro por última vez en el espejo, me arreglo el pelo para que
quede perfecto y abro la puerta. John está apoyado en la pared de enfrente
poniéndose el último botón de su camisa, me sonríe. Me mira de arriba abajo con
los ojos muy abiertos.
-
¿Qué? – digo un poco
avergonzada, no estoy acostumbrada a que me miren así...
-
Di-Dios. Oh, Sophie, nunca
te había visto tan arreglada, estás... guapísima.- sonrío y balbuceo un gracias
cuando me mira, sin poder decirle que él también está muy guapo porque me da
demasiada vergüenza, no encuentro modo de decírselo, me parece tan tentador
decírselo, pero es que no puedo, estoy bloqueada.
-
¿vamos?- dice poniendo el
brazo para que me coja de él.
-
Vamos.
Caminamos
por las calles de la ciudad, yo no sabía el camino y siempre me veía indecisa en
un cruce, pero John me señalaba el camino, así no tendría que tirar de mí sí me
equivocaba. Al final nos paramos delante de un restaurante. Parecía una casita
rustica, con un pequeño balcón donde había tres mesas y gente comiendo
mientras hablaban y un camarero servía a otras mesas. “La casa del vento” es el
nombre del restaurante, y ahora me doy cuenta de que lo que parecía una casita
rustica es un molino de viento. John mueve el brazo respira hondo y se dirige a
mi
-
Es aquí, ¿entramos?
Asiento y subimos las escaleras, y me
llega el olor a comidas que desconozco, todos olores nuevos, exóticos,
apetecibles, miro los platos intentando unir cada olor con su plato, aunque sé
que no estaré acertando la mayoría, pero de fantasía se vive. Cuando llegamos a
la barra ya había elegido como cinco platos que quería tomar. Al final me
decidí por el plato que me dijo John antes, el arancini. Nos dieron una mesa y
nos sentamos a esperar a que nos trajeran los platos.
-
Huele bien aquí ¿verdad?
-
Si, realmente bien, -
exhalo exageradamente para que vea mi agrado- gracias John, nunca nadie había
hecho algo así por mí. me has llevado al hospital por una tontería de las mías,
me has traído a Sicilia y me has traído a comer. No puedo pedir nada más.
-
Bah Sophie no pasa nada,
necesitabas ayuda y yo estaba ahí.
-
Ya, ya lo sé pero había
mucha más gente que podría haberme ayudado, además cualquiera me habría dejado
en el hospital y se habría ido, no me habría traído aquí.- dije señalando a
todas partes y le miré a los ojos- pero, tú no eres cualquiera...
-
Es que quería conocerte,
cuando salí de la tienda y te vi en medio de la calle paralizada mirándome,
suplicándome que te ayudara, toda aterrada, temblando, no pude dejar de pensar
que había algo en ti a parte de lo que aparentas.
-
Su comida señores.- el
camarero llego con dos plato en la mano- ahora vuelvo con la bebida.
-
Gracias- dijo John mirando
abajo, ruborizado.- quería conocerte- dijo dirigiéndose a mí cuando el camarero
se giró para ir a por las bebidas.
No supe que decir. Parecía tan sincero
que no sabía que contestar a lo que me había dicho. Además, era como si lo que
acabara de decir fuera un secreto y le hubiera dolido decirlo en voz alta. El
camarero volvió con las bebidas y las dejó en la mesa.
-
¿eso es todo?
-
Sí, eso es todo- dije
anticipándome a John, necesitaba decir algo. Luego miro a John y le pongo las
manos encima de las suyas.- eh, solo quería decirte gracias, no hace falta
ponerse así.
Él sonrió sin decir nada. Miro a ambos
lados, había varias parejas. Algo me llama la atención, bueno no, algo no,
alguien. Una mujer está asomada por la puerta del local, de sonrisa bella, me
miraba con sigilo, imaginando que no está siendo vista, pero no aparta la vista
cuando la miro, algo de ella me es familiar y en mi mente algo empieza a
revolverse. No sé quién puede ser, ni si la conozco de algo, la examino,
piernas largas y cuerpo delgado, bastante alta, lleva puesto unos pantalones
cortos y una camiseta de rayas verdes. Algo en ella me dice que la conoce y ese
algo dice... Mamá. De un momento a otro la mujer había desaparecido podrían haber
sido imaginaciones mías, pero parecían demasiado reales. No salgo de mi
asombro, por una parte sé que era mi madre, pero por otra podría haber sido
cualquier otra cosa.
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