SEIS
Escuche como
se terminaba de arreglar John desde la puerta de mi habitación. No quería salir
hasta que terminara, sería raro que una chica se arreglara más rápido que un
chico. Entre tanto me miré al espejo a ver cómo había quedado. Llevaba unos
pantalones blancos altos con botones dorados y una camiseta metida por dentro
de color rojo de tirantas con tres botones y un bolsillo en el pecho, en los
pies llevaba unas romanas bastante simples que me llegaban por debajo de la rodilla.
No llevaba nada de maquillaje solo una raya verde en el ojo y un poco de rímel en
las pestañas, muy discreto, siempre pensé que las chicas que se echan mucho
maquillaje quedaban al final más feas y artificiales, cubiertas de potingue. Voy
realmente mona, espero que John piense lo mismo.
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