miércoles, 9 de marzo de 2011

Recuerdos

                                                     UNO

Un estruendo sonó en el exterior de la casa. Me desperté sobresaltada. Unas sombras se movían veloces por mi ventana. Tenía miedo, ¿qué podía ser? Todo parecían interrogantes pero de una cosa estaba segura, eran animales y no venían a hacer amigos especialmente. El pánico se apoderó de mí. Un grito salió de la habitación de mis padres, no sabía que hacer lloré por lo que podía estar pasando, me lo imaginaba y sufría haciéndolo pero era imposible hacer nada más. ¡BAM! Un disparo y un sollozo de expiración. Todo parecía más tranquillo. Entonces aparté las sabanas de mi cama y me levante temblorosa por lo que pudiera encontrarme. Ahí estaba tirado en el suelo el animal que había atacado con un disparo en el costado que había provocado su muerte, ahora todo se complica, no sabía si levantar la vista o dejarme caer sabía lo que había más allá. Escuchaba como mi padre lloraba y no había más que pensar. Finalmente me decidí y levante la vista para concretar la obviedad. Y entonces se me hizo un nudo en la garganta. Las sábanas estaban teñidas de rojo y mi madre estaba yacente en ellas, sin vida, con la mirada vacía y la piel fría. Mi padre se levantó decidido de la cama, me abrazó fuerte y me dijo:
-         Una vida acaba y otra empieza, Sophie  no dejes que esto te afecte aunque sé que es imposible, ahora ella está en un lugar mejor, ella está en ti siempre. Ahora tenemos que irnos, este lugar que tanto amábamos parece haberse puesto en guerra con nosotros. – una lágrima calló en mi hombro.- comencemos una nueva vida en otro lugar.
-         … la echaré mucho de menos, habría querido despedirme de ella. Papa, ¿tú la echarás de menos?
-         Si, si cariño.
Entonces me cogió y me llevó afuera lo más rápido que pudo por si los lobos volvían.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog :)
Te sigo:)
Un beso guapa:)

Marta Coca dijo...

MUCHAS GRACIAS :D