domingo, 15 de mayo de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 4

                                                     CUATRO
Me despierto, un poco desorientada, desconcertada, sin conseguir recordar lo ocurrido. No sé ni dónde estoy, pero si que no es mi casa ni el hospital. Huele a costa, a mar, y el sonido de las olas esa cerca. Debía ser una casa en la playa, obviamente, pero yo no tenía ninguna que yo recordara. Bajo las escaleras intentando no caerme, me acabo de incorporar y estoy un poco torpe. A medida que bajo me llega un olor familiar, es el olor de las famosas tortitas de mi padre. Este olor me ha hecho estar más segura, porque sé que mi padre y únicamente él sabe hacerlas para que huelan de esa manera. Y con ese pensamiento baje del todo. Delante de mí había una cristalera enorme que daba a una playa. Hermosa. Y otro recuerdo se cuela en mis pensamientos
Era el 21 de junio del 1998 yo tenía 4 años recién cumplidos y creo que es el recuerdo que mejor conservo de mi infancia junto a mi madre, fue un momento breve y puede parecer tonto pero a mí me dejo fascinada y me hizo pensar en una cosa muy importante. Nos habíamos ido a la playa celebrando el inicio del verano. Mi madre conducía, mientras el torpe de mi padre miraba en el mapa la ruta que debíamos llevar, nos perdimos varias veces pero tras un buen rato dando vueltas llegamos a la playa. Mi madre miro para atrás, donde yo estaba sentada intentando levantarme para ver mejor la playa, mire a mi madre, ella me sonreía con su sonrisa de siempre, tan perfecta como siempre, tan ella como siempre, tan mía como nunca. Y por primera vez pensé que esa sensación que esa sensación no debía ser única y que haría todo lo posible porque esa sonrisa siguiera firme en ella para siempre. Pero no puedo ser.
Se me empaparon los ojos y odie a la persona, fuera quien fuera que me había traído hasta aquí.

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