martes, 31 de mayo de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 4 (parte 6)

Lo miro, traviesa, y experimento una sensación de perdición, nunca lo había sentido, se me eriza el vello de los brazos. Él me coge de las caderas y me impulsa a la arena y acabo aplastada por su cuerpo, que ejerce presión sobre mí, la situación a cambiado, puedo ver la felicidad en su mirada y solo espero que el sienta lo mismo en la mía. Espero que alguien me vea por fin feliz, feliz de verdad.
Una ola llega de improviso y me moja completamente, John se levanta para salvar su camiseta que sigue seca, pero se le cae del hombro y se agacha a recogerla cuanto antes, pero yo soy más rápida, me incorporo y antes de que él pueda agarrar su camiseta, la cojo, me levanto y corro por la playa, él me persigue, gritando, no echo cuenta a sus gritos, pero sé que quiere que se la devuelva. Obvio. Corro y corro, pero me tropiezo en un holló que hay en la orilla, maldigo a los niños idiotas que lo dejaron para que solo yo callera en él. Pero hago como si no hubiera pasado nada. No me da tiempo a pensar, John está encima mía, forcejeando para que le devuelva su camiseta. Me da la vuelta, estamos uno frente a otro, él intentando recuperar y yo resistiéndome sin poder apartar mis ojos de los suyos.
   - Venga ya, Shopie. No seas testaruda. Si no me veré obligado a... – John deja la frase en el aire. No dejo de agarrar la camiseta con todas mis fuerzas. Ahora me pertenece y punto.
   - Bueno, tú te lo has buscado solita.- se ríe entre dientes, solo él sabe lo que pasará.
Se incorpora un poco y queda arrodillado con sus piernas rodeando las mías, se ríe, hace un último intento por recuperar la camiseta, sin conseguirlo, deja escapar una carcajada malvada y yo lo miro, divertida, sin saber lo que hará, cuál será su próximo movimiento. Entonces, comienza mi castigo. John lanza sus manos sobre mi barriga, yo me retuerzo, intento apartar sus manos de mi barriga, impedir que siga con su imprevisible lluvia de dedos. Rio y rio. No me da tiempo a hablar. Cuando estoy sin guardia y e dejado de agarrar la camiseta cesa la guerra de cosquillas, se tira a por la camiseta. Se sienta a mi lado, se le ve feliz de haber recuperado su camiseta.
   - habría sido más fácil si no me la hubieras quitado, me he visto obligado.- dice, pone voz de inocencia, como si todo lo que ha ocurrido fuera obra de una mala pasada, como si el destino me la tuviera guardada.
   - JAJAJA.- levanto la cabeza al cielo, cierro los ojos, y hago que se entere toda la playa de mi risa. Ladeo la cabeza, todavía mirando al cielo, abro un ojo para ver la reacción de John. Parece no entenderlo, o creerá que estoy loca. Me tumbo en la arena.
   - Estas muy mal, me quitas la camiseta, te vas corriendo, te caes, me tiro encima, intento quitarte la camiseta, sin éxito, te amenazo a muerte, y aun así no me la devuelve, te hago cosquillas, ríes, y ahora que la e recuperado, te ríes aún más fuerte.- su tono abrumado es aclarador de que lo dice de broma. De todos modos no me lo habría tomado en serio. Con ser feliz me basta, y con el no quiero problemas con John.

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