- Perdona. Pero es que...- agacha la cabeza y la pone entre las piernas. No sé qué espera que le diga, no me ha dicho nada aun que me importe. Deja escapar un suspiro largo y sigue hablando.-... es que siempre les gusto a todas, ya sabes...- después de eso silencio, ahora que me lo ha dicho no sé qué contestar,- soy un completo estúpido, era un momento bastante bonito y yo... yo lo he estropeado con mis tonterías,- pretendía seguir hablando pero me miro y vio l expresión de mi cara, la pillo al momento, que le perdonaba, que no pasaba nada, pero que prefería ver el atardecer de una manera diferente más normal.
El atardecer surcaba el cielo sin dejar un hueco libre para dejar paso al verdadero color del cielo, el azul. Impasible. El sol caía dentro del mar ocultándose para dar paso a la oscuridad. Calculé que quedaban aproximadamente 10 minutos para que el sol acabara su recorrido por el cielo. Cerré los ojos para sentir la esencia del calor de los últimos rayos de sol, suaves, cálidos, describen un hasta luego en mi piel antes de ocultarse tras el horizonte. Una pregunta invade mi mente en ese momento. ¿Será cierto lo que dice John? ¿Será cierto que me he enamorado de él n tan poco tiempo? ¿Será verdad que no me merece? Y si es cierto que no lo merezco, ¿Por qué? Todo tiene una respuesta, supongo. Y espero que con el tiempo las sepa responder, en poco tiempo, soy demasiado impaciente como para esperar mucho tiempo.
El sol se fundía con el horizonte y el color naranja se derramaba sobre él con reflejos desiguales. Los deseos de la noche se desatan en una brisa acogedora, salvaje y cálida, sobre todo cálida. Abro los ojos y busco a John, pero no lo encuentro. Me alerto, pero sé que no estoy sola en la playa, ahí alguien más, miro a los lados, nada. Espera, a la izquierda, protegido por la poca intensidad de la luz, hay una silueta, la de un joven, parece robusto, se me eriza el bello de los brazos, mis músculos se tensan y mis sentidos le alertan esperando el momento para echar a correr.
- ¿Qué pasa?- Dios. La voz de John me sobresalta. Se encuentra detrás mío un poco alejado y con la cámara en la mano, me estaba tomando fotos con el atardecer, supongo.
- Na- nada- se me quiebra la voz y me temo que esta vez, lo habrá notado.- es que no te encontraba y al mira a la izquierda vi a...- la silueta negra ya no estaba, se había esfumado.- es-estaba ahí, un joven alto,... Pero ahora..- hasta yo estoy impresionada con lo que digo, no puedo salir de mi asombro, pero yo sé que estaba ahí y lo que más temo es que ahora sé que era por mí, si no se habría marchado. O simplemente sea una mera casualidad, pero... Entonces no lo entiendo.-... ya no está.- suspiro, con un punto de miedo y terror.
- Shopie, creo que será mejor que nos vallamos.- dice mirando ahora, hacia la derecha. La silueta está ahí. Tengo miedo y John parece que también. Le quito la cámara para hacer una foto para hacer una denuncia, no pienso que me persigan durante este fin de semana. Hago la foto, cojo a John de la mano y salimos corriendo en dirección a los bares de la costa. Decidimos tomar un helado y hablar de lo que acaba de pasar, me parece buena idea y acepto.
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