jueves, 30 de junio de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 5 (parte 4).

Nos pedimos dos tarrinas medianas, el de coco y yo de turrón con caramelo. Nos sentamos en una mesa a la luz de una farola, la gente de nuestro alrededor parecía normal, pero no podía apartar de mi mente la idea de que el joven, podía estar entre ellos. Mire al John, creo que él también tenía miedo, respiraba con cierta dificultad y a mí me costaba aclarar mis ideas.
   - He oído que esto ha ocurrido varias veces, muchos lo denunciaban, pero...- estaba confuso, le temblaba la voz, pero sobre todo parecía vulnerable, tenía miedo.- pero tranquila, nunca, nunca ha muerto nadie.- me miro a los ojos y me lo dijo muy despacio entrelazando sus dedos de ambas manos y golpeando suavemente la mesa. Yo no sabía que contestar y decidí no hablar. Dejar que John me calmara. Estoy segura que si tuviera un tenedor entre las manos lo clavaría en la mesa y sería capaz de atravesarla, solo con la fuerza de la frustración y la ira que contenía por no saber qué hacer, que decir, no sabía nada. Una lágrima broto de mis ojos y surco mis mejillas sin previo aviso, un movimiento tan simple como el deslizamiento de una gota de agua por un río. Baje la cabeza un momento, pensando en cómo reaccionar, ahora debía reaccionar.
   -John, tengo miedo.- levante la mirada y me encontré con la misma situación que la mía. John estaba llorando.
   - No me lo puedo creer.- una sonrisa cautelosa asomo por su rostro, una sonrisa irónica.- es que, últimamente todo me sale mal...- deja escapar un largo suspiro.
   - ¿Yo también he salido mal?- pregunto, dándome cuenta de cuanto me importa esa respuesta realmente.
   - No, tú eres de las pocas cosas que me han salido bien, pero es que ese tío es lo que ha hecho que todo lo que parecía que iba bien, todo lo que se relacionaba contigo, ese gilipollas... como lo pille lo mato.
   - John relájate, nada va a cambiar ya veras, mañana iremos a poner una denuncia a la comisaría y asunto resuelto.- John levanta l vista, su mirada tiene un punto dudativo, pesimista y algo de felicidad. No está demasiado de acuerdo, pero aun así, asiente.- a ver saca la cámara y veamos la prueba que entregaremos en comisaría, he sacado una foto antes de irnos, ya sabes, por si acaso.
John obedece y saca con cautela la cámara de la mochila y me la entrega. Le miro y muevo los labios que espero que extienda como un “gracias. Enciendo la cámara y espero que se cargue. Estoy a punto de mirar la foto, se está cargando 67%, 82%, 91%, 100%.
   - Imposible.- digo boquiabierta.
   - Déjame ver.- le paso la cámara aun pasmada.
   - estas segura de que lo viste cuando la hiciste.- asentí.
   - pero ahora... ahora no está.- dice casi tan impresionado como yo. Juraría que lo vi por el objetivo, no tardó tanto el disparo como para que pudiera desvanecerse en la oscuridad. Es absolutamente imposible. Tanto como que cruzase toda la playa sin pasar por delante y en tan poco tiempo. Porque cuando yo lo vi, estaba a la izquierda, pero cuando John se percató de su presencia se encontraba en.. la derecha. Eso solo quiere significar una cosa... hay más de una persona detrás nuestra y me temo que va enserio.

No hay comentarios: