lunes, 1 de agosto de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 5 (parte 12).

-          Ya, pero esa no es la clase de relación de la que yo hablo, yo hablo de sentir algo por alguien, pero no algo típico.
-          Te comprendo, y ahora que lo pienso, yo nunca he sentido nunca eso por alguien.
-          ¿no? ¿y con Mia qué?
-          No con Mia era diferente, con Mia, ella me atraía, me gustaba de alguna manera, pero no es el sentimiento del que tú hablas.
-          Ah. – acerté a decir, un poco confundida, dos años estuvo con Mia, ¡dos años! Y se da cuenta ahora.   
-          Quizás sea hora de pensar lo que hacer en la vida.

No respondí, no porque no supiera que decir, si no porque no era necesario. Sabía lo que quería decir, esa decisión ya la había tomado yo hace un tiempo y nadie me había aconsejado que hacer, así que supuse que a John no le tenía que decir nada.
Cuando me pude dar cuenta me estaba mirando como balanceaba los pies y me di cuenta de que John me estaba mirando y que llevaba mucho tiempo haciéndolo, le miré. Su mirada atenta me intimidaba, me miraba con ojos curiosos, soñadores, fijándose en cada detalle de mi ser, no lo comprendía, ni que yo tuviera unos rasgos interesantes a la vista. Me estaba incomodando y John lo sabía, pero no hacía nada, seguía mirándome, baje la mirada y al subirla de nuevo vi una sonrisa en su rostro, todas las preocupaciones que pudiera haber tenido, habían desaparecido.
        
Ahora era él el que bajaba la mirada y se empezó a reír. ¿Pero qué está ocurriendo aquí? ¿Qué me he perdido? Deje escapar una carcajada, aunque no sabía bien por qué.

-          Me tengo que estar equivocando, es imposible.- dijo John con una risa contenida. Apoya los codos en las rodillas y deja caer la cabeza sobre las manos.  
-          Equivocarte, ¿en qué?- dije totalmente confundida.
-          En nada, en nada.- dijo John y me miro por el hueco de su brazo.
-          John,- dije alzando una ceja.- dímelo, no puedes dejarme con esta intriga.
-          Sí que puedo, no lo ves.- dijo con una sonrisa traviesa en la cara, se incorporó, y como si nada, se tumbó en la cama dándome una patada sueva en el costado.

Note como se me erizaba el vello de los brazos. Sabía a qué se refería John con esa última conversación, sabía el motivo por el que me miraba de ese modo y sabía porque me había dicho que era un error, en definitiva lo sabia todo. 

2 comentarios:

Angie dijo...

Hola me gusta mucho tu blog , soy poison apple si quieres nos leemos , animo!!!
besos

Marta Coca dijo...

Gracias :)