viernes, 12 de agosto de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 5 (parte 18).

Paso el tiempo, otra vez igual de silencioso que antes y yo no paraba de decirme a mí misma que era la persona más afortunada del mundo, ahora no tenía ganas de complicarme pensando que no sea cierto, quiero creer que lo es. Me siento demasiado feliz como para permitirme estropear este momento y me prometo no pensar nada en todo el día, dejar que toda vaya como debe ir, dejar que el destino decida mi suerte, déjame llevas por John. Ahora mismo mi instinto me dice que le bese, pero me temo que soy demasiado tímida para eso, y de todos modos no lo veo momento. Él tiene los ojos cerrados y veo estúpido intentar evitar mirarlo, seguir mirando la monotonía del mar es una pérdida de tiempo, quien sabe cuándo volverá a ocurrirme esto, así que decido aprovechar el tiempo.

Vacilo unos segundos antes de rozarle el pelo de la frente, pero con forme le voy peinando John no se mueve en absoluto, solo para esbozar una tímida sonrisa. Me siento como que me acabo de quitar un peso de encima. El corazón ha recobrado su velocidad habitual y me siento en paz con todo. Sin darme cuenta empiezo a soñar con el día de  hoy, con qué haremos y qué visitaremos. En mi sueño vamos de la mano por las calles de Sicilia y él me dirige hacia las calles más importantes y bonitas, no me imagino las calles, pero siento que son preciosas, a nuestro alrededor hay colores de todo tipo, pero lo que más me impacienta es que allá un nosotros. Lo que más deseo es ver en su mirada alguna señal para saber hacer lo correcto y no hacer estupideces, que él me guie, que él esté a mi lado. Saber que si cierro los ojos y los vuelvo a abrir, seguirá ahí.

Mientras John ha abierto los ojos hace un rato, pero no se mueve para nada, me mira sin decir nada, yo le sigo acariciando el pelo para evitar tener que hablar, para alargar este momento. Siento que el brazo me pesa más que nunca y lo bajo con una sonrisa mientras miro a John. Mira la hora como puede y se incorpora quedando de espalda. Entonces se gira sobre mi mismo para dedicarme una sonrisa.

-          Son las 11 nada más, podemos quedarnos hasta la una y luego nos vestimos y te enseño esta parte de la ciudad y te llevo a un lugar muy especial para mí a comer...- dice ruborizándose en las últimas palabras- si te parece bien, pero...
-          John, me parece un plan fantástico.- digo cortándole, es la primera vez que lo veo tan inseguro. Me sonríe. Yo caigo embelesada en ella y dejo escapar una carcajada insonora.

Creo que sé lo que estoy esperando que haga, quiero que me bese. Antes no tenía esa necesidad, de rozar sus labios y caer hechizada también en ellos, cono en todo lo demás que le caracteriza. Todavía noto como si mis dedos siguieran revolviendo su pelo y me doy cuenta de que esta vez no me he sentido tan estúpida como anoche. Ahora me siento feliz, como si el nudo de mi garganta hubiera hallado la forma de desenrollarse solo y hubiera dejado tras su paso un gran alivio. Ahora el mar se ve más cercano y más calmado que antes, John tenía razón, si esperaba más las olas se acabarían yendo. Además la playa se está llenando de personas con sombrillas por momentos, ahora no podría haber surfeado como hace unas... creo que dos horas. 

3 comentarios:

Lady Rigby dijo...

Me encanto quiero el siguiente >.<
avisa ok?
http://www.yourfavoritehistory.blogspot.com

Marta. dijo...

ois que bonitos son estos dos toto jajajaja lo de ver a la gente dormida, no oigo el ruido de la civilizacion y la declaracion me han encantao hehehe ♥

Marta Coca dijo...

hehehe