sábado, 30 de julio de 2011

Renaciste en un aullido a media noche. Chapter 5 (parte 11).

-          No venga ya, ahora en serio, alguien te ha tenido que gustar aunque sea un poco.- dijo incrédulo y yo menee la cabeza en señal de respuesta.
-          ¿y Jim? ¿qué me dices de él? Me entere que estuvisteis saliendo una vez.- dijo John para mi sorpresa, suspiré, si recordaba esa parte de mi vida, Jim, el chico simpático hijo vendedor bolsitas de comidas para las palomas.

Cuando yo tenía escasos 12 años fui con mi abuela a dar un paseo por el parque y allí se nos ocurrió dar de comer a las palomas. El hombre que nos vendió la bolsita nos hizo un descuento por qué le dijo a mi abuela “y diez céntimos de descuento para que esta niña tan guapa se compre algo en el quiosco de chucherías”. Yo sonreí avergonzada y tomé los diez céntimos que me dio el hombre con una sonrisa y mi abuela me dijo que le diera las gracias.

Nos sentamos en un banco y nos pusimos a dar de comer a las palomas, mi abuela me decía que podía darles de comer en mi propia mano, pero cada vez que lo intentaba daba un salto para atrás por miedo a que me pincharan con las uñas. Entonces se nos acercó un chico de mi misma edad y me dijo que no tuviera miedo que él lo hacía diariamente y que si yo quería me enseñaría. Yo acepté un poco dudosa, pero acepté. El me tomo la mano sin perderme de vista por si me incomodaba, pero yo no me importo lo más mínimo, me dijo que me agachara y él se agachó conmigo. Entonces cogió un puñado de comida y me la puso en la palma de la mano. Me miró con una mirada tranquilizadora, al contrario que la mía que estaba aterrada, no es que no confiara en él, en quien no confiaba era en las palomas. Había muchas palomas a nuestro alrededor comiéndose los restos que habíamos tirado antes, pocas se acercaban a mí, eran muy desconfiadas y no ayudaba haber intentado huir varias veces, pero el chico no me soltaba la mano, seguía impasible con la mirada puesta en las palomas, pocos segundos después me salto una a la mano y las demás no tardaron en hacer lo mismo. Después de eso quede con el chico durante varios meses. Su nombre es Jim. Yo cumplía doce años y descubrí que él ya tenía los 13, pero no me importo lo mas mínimo cuando me pidió salir. Si quizás Jim me gustara en ese momento, pero no sentí nada así como quien dice especial. Cuando cortamos dijimos que seguiríamos siendo amigos, pero eso es lo que siempre se dice, al final no volvimos a dirigirnos una palabra.

No le contaría la historia entera a John, le aburriría, me aburre a mi incluso, pero fue mi primera relación claro que debe ser aburrida, es como descubrir algo nuevo y no saber cómo tratarlo. Como tocar algo frágil con miedo a romperlo.       

No hay comentarios: